La destrucción de ecosistemas, el cambio climático y el tráfico de especies componen el cóctel que está haciendo aumentar el riesgo de pandemias.
Este es el diagnóstico común que hacen las organizaciones conservacionistas y ecologistas en el 50 aniversario del Día de la Tierra, que por primera vez se celebró en 1970 en Washington yen otras ciudades, antes se que se generalizara como la gran fiesta en favor de planeta.
Es una valoración coincidente.
Estos tres factores están socavando los cimientos del actual modelo de desarrollo, que requiere bases firmes y raíces más consolidadas para lograr actitudes y políticas más respetuosas con el capital natural: la naturaleza.
La caza furtiva y la venta de chimpancés como alimento dio origen al SIDA.
La deforestación del Amazonas provoca un aumento de mosquitos, debido a la mayor exposición a la luz solar y a la humedad en las zonas recién deforestadas, lo que favorece la expansión de la malaria…
Y ahora un virus que nació presumiblemente en un murciélago, y dio el salto a un pangolín, pone en jaque a media humanidad y cerca una población confinada en sus casas.
Numerosos científicos coinciden en que la pérdida de biodiversidad implica en la mayoría de los casos un aumento en el riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas.
El 60 % de las enfermedades infecciosas humanas registradas son zoonóticas, y el 75 % de las enfermedades infecciosas nuevas o emergentes también tienen origen animal.
Los grupos conservacionistas, verdaderos protagonistas de esta celebración, están haciendo llamamientos para detener la propagación del virus y actuar preventivamente parar la sangría humana que causa el coronavirus.
Otras epidemias de hace unos años, como el SARS, el MERS y el Ébola, también han sido provocadas por proceso similares.
WWF recuerda que la pérdida de biodiversidad facilita la transmisión y propagación de patógenos potencialmente peligrosos para los humanos. “Tener ecosistemas sanos en nuestro mejor antivirus”, afirma Luis Suárez, coordinador de Conservación de WWF.
La organización insiste que, cuando se destruye un ecosistema, se alteran las complejas cadenas que existen entre las distintas especies de animales y que mantienen a los patógenos controlados, lo que hace aumentar el riesgo de contagio a los seres humanos.
“Por tanto, debemos cambiar nuestro modelo de consumo y producción para asegurar uno más equilibrado y sostenible”, dice Suárez.
Este especialista añade que, entre los otros factores que incrementan el riesgo de pandemias, se encuentra la destrucción de bosques debido a las talas, la minería, la construcción de carreteras y el aumento de la población.
Todo ello hace que las personas entren en contacto con especies con las que nunca antes habían tenido relación directa alguna. Por tanto, se incrementa la posibilidad de contagio de las enfermedades que los animales puedan albergar.
Según WWF, la agricultura y las ganadería intensivas son las responsables de la degradación de un tercio de la superficie del planeta: “destruyen hábitats, reducen la biodiversidad y aumentan la probabilidad de zoonosis”.
Un segundo motivo de la jornada se centra en el cambio climático, gran amplificador de los factores descritos, pues el calor provoca que algunos vectores de los virus y bacterias como, por ejemplo, mosquitos o garrapatas, lleguen a latitudes donde antes no estaban presentes.
El cambio climático actúa como gran amplificador de los factores
“El cambio climático sigue su curso y la sociedad sigue inmersa en una emergencia climática sin precedentes, un contexto que ningún gobierno puede obviar”, recuerda Amigos de la Tierra.
Esta organización, como parte de la Alianza por el Clima (Fridays for Future y Rebelión por el Clima...) convoca a la ciudadanía a una acción global por el clima el próximo viernes 24 de abril a las 22:00 h., con el objetivo de reclamar una salida de esta crisis con políticas que pongan en el centro el medio ambiente y a las personas con criterios de justicia social.
Ante la crisis sanitaria, los gobiernos de todo el mundo están demostrando que son capaces de escuchar a la ciencia y actuar de forma coherente con las necesidades de la población ante situaciones extremas.
Por este motivo Amigos de la Tierra cree que no hay motivos para ralentizar la acción climática, basada en la justicia climática, y exige que escuchen a la ciudadanía y a la ciencia.
Alert de WWF
Capturar y transportar animales de manera clandestina dispara los contagios
El tercer foco de preocupación es el tráfico ilegal de especies se comporta también como un elemento de alto riesgo. Capturar y transportar animales de manera clandestina dispara los contagios tanto entre especies como al propio ser humano. Actualmente, la máxima inquietud está en el los mercados de animales silvestres, donde se comercia con ejemplares vivos y muertos, con lo que se expone a las personas a los patógenos de los que estos animales puedan ser huéspedes.
El tráfico de especies es la segunda principal amenaza para la biodiversidad a nivel mundial, después de la destrucción del hábitat. Por ello, WWF está llevando a cabo la campaña Stop Tráfico de Especies.
Y en esta festividad, WWF insiste en que, tras el confinamiento, la única salida a la crisis que se avecina será “garantizar la recuperación económica, el empleo y un futuro basado en la inversión verde, la lucha contra el cambio climático y la conservación de la naturaleza”.
Mientras tanto, la tierra emite algunas señales nuevas. A medida que el coronavirus avanzaba y que se fueron incrementando las víctimas de la pandemia, el cese de actividades ha ido creando un paisaje nuevo. La Tierra da falsas (engañosas) señales de recuperación.
A medida que se vaciaban las carreteras y autopistas, y se cerraban fábricas y oficinas, la calidad del aire ha experimentado mejoras inusitadas, favorecidas por la llegada de la primavera.
Una atmósfera limpia y transparente luce en la mayoría de las grandes ciudades del mundo (Londres, Milán, Barcelona…), en donde los niveles de polución se han reducido a la mitad en este período de reclusión.Ciertamente la disminución las concentraciones de dióxido de nitrógeno (principal contaminante provocado por los coches) ayudará a reducir los riesgos de asma, ataques cardíacos y enfermedades pulmonares.
El resultado es que tras décadas en que la presión (explotación) sobre el planeta siempre ha ido en ascenso, y con una huella humana creciente, algunos indicadores marcan una dirección diferente..
El número de vuelos en el planeta se redujo un 55% durante la última semana de marzo con respecto al mismo período del año anterior. El tráfico rodado ha llegado a caer en Barcelona o en las ciudades británicas más del 70%.
Para vislumbrar algo parecido habría que retrotraerse a los años 60 del siglo pasado, cuando el modesto Seat 600 empezaba a dejarse. Sin tantos coches, camiones y trenes, y sin el movimiento de las obras y el alboroto de los aficionados al fútbol, la vibración sísmica ha bajado más de un 50%, según han detectado los sismólogos.
Reducción de emisiones histórica, pero ¿en el futuro qué senda se seguirá?
Los indicadores ambientales, que han sufrido un deterioro constante en medio siglo, han mejorado. Se prevé una reducción de emisiones de 2.000 millones de toneladas de C02, lo que representa un 5% de los gases emitidos el año 2019.Se vaticina la mayor bajada de emisiones de CO2 de la historia.
Hasta ahora, la mayor reducción anual había sido la de 845 millones de toneladas de CO2 que se dio en el período 1944-45, en la Segunda Guerra Mundial. La demanda de petróleo se reducirá este año un 9,3%, con lo que se contrae el mayor foco de emisiones de carbono que está calentando el planeta y alterando los interrumpiendo los sistemas climáticos.
Pero tal vez esto solo sea un respiro para el planeta.
Muchas de estas mejoras se deben a medidas solo coyunturales, que difícilmente se mantendrán pasada la cuarentena, cuando previsiblemente se recuperarán los valores normales.
La realidad es que estas mejoras ambientales tienen en el revés de la moneda problemas laborales e incremento de los procesos de precarización.
Las crisis financieras nunca han traído mejoras en las políticas de calidad del aire y del clima
Nadie se alegra de celebrar una caída en las emisiones impulsadas por decenas de millones de personas que pierden sus empleos.
Por eso, muchos expertos afirman que lo que se requiere es un cambio sistémico en las infraestructuras energéticas y de transportes, pues de lo contrario las emisiones volverán a dispararse hasta niveles previos a la pandemia.
El temor es que, una vez superada la crisis, las políticas para combatir la polución, mitigar el cambio climático o proteger los ecosistemas, entre otros ámbitos, “se debiliten o se relajen”.
Existen numerosos ejemplos en la historia reciente en los que, con el argumento de la necesidad de salir de la crisis, se pusieron en marcha medidas que iban en detrimento de las políticas ambientales, presentadas como un freno o un límite a la recuperación económica.
“Las crisis financieras nunca han traído mejoras en las políticas de calidad del aire y del clima”, sentencian. Así se expresan en un artículo conjunto que han escrito Xavier Querol, investigador de IDAEA-CSIC; José Luis Jiménez, investigador de la Universidad de Colorado-Boulder; y Jordi Sunyer, investigador de ISGlobal.
Tres lecciones de la pandemia
De la pandemia ya se pueden extraer muchas conclusiones. Ha demostrado, por ejemplo, que una drástica actuación sobre el transporte comporta beneficios ambientales casi inmediatos, por lo que el confinamiento ha actuado como un experimento real a gran escala.
Además, se acumulan nuevos indicios de que la contaminación disminuye nuestra resistencia a las enfermedades.
Según científicos de la Universidad de Harvard, el coronavirus mata más en zonas del territorio donde hay mayor volumen de población expuesta a la contaminación. Esa mayor exposición a los humos del tráfico deja pulmones más vulnerables a la Covid-19. .
Nos ha enseñado también lo peligroso que puede ser ignorar las advertencias de expertos sobre los impactos que también puede comportar la degradación de los espacios naturales.
El 75% de las pandemias, como hemos dicho, proviene de los animales, ha repetido también según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Cada vez más la deforestación, la destrucción de ecosistemas hace que los virus pasen más rápidamente a los humanos a través del tráfico de vida silvestre y la globalización (transporte aéreo y el turismo de cruceros. Por eso se intensifican los llamamientos a que se prohíban lo “mercados húmedos” de fauna salvaje.
Los murciélagos han lanzado el mensaje: a medida que alteremos nuestro planeta ponemos más en riesgo nuestro propio bienestar.
Hay muchas fuerzas que empujan para que se vuelva a la situación de antes,y lo más rápidamente posible
Federico Demaria, profesor de la UAB y experto en economía ecológica, no se muestra muy optimista ni cree que haya muchos motivos para celebrar los beneficios ambientales de la actual crisis porque cree que estos “no son estructurales”. También sostiene que “hay muchas fuerzas que empujan para que se vuelva a la situación de antes,y lo más rápidamente posible”.
“Creo que hay un riesgo muy fuerte de que para relanzar la economía se sacrifique aún más el medio ambiente; es decir, que emerja un discurso en que se sustente la idea de que ahora no podemos permitirnos el lujo de cuidar el medio ambiente y de que es un sacrificio inevitable”.
Este es el discurso que impone Trump, que “ha impuesto modificación que permiten a las empresas sobrepasar antiguos umbrales de contaminación establecidos en la normativas”.
El futuro verde se decide ahora
La realidad es que las industrias contaminantes de todo el mundo están utilizando la pandemia de coronavirus para ganar miles de millones de dólares en ayudar o promesas de rescates, y para debilitar y retrasar las protecciones ambientales. Muchos movimientos de las grandes empresas de las últimas semanas se han dirigido a garantizarse ayudas (cantidades ingente de dinero) destinada a la recuperación, con lo que se perdería una oportunidad histórica para afronta la crisis climática.
En los Estados Unidos, la industria petrolera recibe nuevas ayudas y la Agencia para la Protección de la Naturaleza (EPA) ha continuado sus planes reducir los niveles de exigencias de las normativas ambientales.
La Asociación Internacional de Transporte Aéreo presiona para obtener nuevas ayudas. Y China, una vez superada la etapa de crisis, anuncia docenas de nuevas centrales de carbón en un plan de estímulo para su economía. La apertura de todas estas plantas supondría añadir un potencial mayor que todo el sector del carbón de Polonia. Entre el 1 y el 18 de marzo, se aprobó más capacidad de carbón que en todo 2019
En la UE, varias firmas automovilísticas abogaron por un retraso en las leyes de reducción de emisiones, aunque VW, BMW y Daimler dicen que su objetivo es cumplir independientemente de la crisis del virus.
Ayudas con contrapartidas
Por eso, Transport and Environment, una federación europea de grupos conservacionistas, pide a las Administraciones que no facilite el rescate de las compañías aéreas si no se comprometen previamente a reducir su impacto ambiental -a aminorar sus emisiones y a utilizar combustibles limpios- y a asumir el pago de los impuestos, como otros sectores productivos.
Las emisiones de CO2 del sector aéreo crecieron el año pasado un 1,5% en Europa. Este incremento contrasta con el comportamiento de los otros sectores del comercio de emisiones (energía y gran industria) que disminuyeron un 8,9%.
El resultado es que las emisiones de CO2 de los vuelos interiores de la Europa ha aumentado un 27,6% desde el 2013, con lo que han superado con creces las de cualquier otro modo de transporte.
El teletrabajo, las videoconferencias o la reducción del trabajo abren nuevas posibilidades
No obstante, la situación actual abre la puerta a nuevas posibilidades del desarrollo de actividades más respetuosas con el sistema climático, como el teletrabajo (con el que muchos sectores buscan ampliar sus negocios o mantener los empleos) o las videoconferencias, que evitan los viajes para las reuniones presenciales de trabajo.
Son fórmulas que permiten huir del derroche de emisiones que calientan la atmósfera.
Si esto funciona y tiene éxito, y si se da un cambio cultural, se crean las condiciones para que la ciudadanía no tenga que ir cada día a su trabajo, sino solo una o dos veces a la semana.
“Las conferencias y reuniones mundiales, para las que se ha estado utilizando el avión, se pueden reducir un 50%”, dice Pep Cañadell, director ejecutivo de Global Carbon Project, un consorcio de investigadores de todo el mundo que analiza la evaluación de los gases de efecto invernadero..
Un total de 16 países europeos han suscrito un manifiesto a favor de una recuperación verde
En este contexto, un total de 16 países europeos han suscrito un manifiesto en el que sostienen que la salida del túnel en que nos ha sumido la actual pandemia debe servir para reactivar la economía con un enfoque que afronte a la vez la crisis climática.
El llamamiento pide a la Comisión Europea que utilice el Pacto Verde europeo como palanca para la recuperación económica de Europa tras la crisis de la Covid-19, va ganando adhesiones. “Necesitamos ampliar las inversiones, especialmente en los campos de la movilidad sostenible, las energías renovables, la rehabilitación de edificios, la investigación e innovación, la recuperación de la biodiversidad y la economía circular” (aprovechamiento del ciclo de materiales y residuos), afirman los ministros.
El documento se inspira en la idea de que la salida a la crisis no puede servir para buscar atajos o promover un desarrollo que no tenga en cuenta los impactos ambientales, como ocurrió en la crisis financiera del 2008.
El temor es también que, al posponerse la cumbre del clima de a ONU en Glasgow (noviembre de este año), se perdiera un tiempo precioso en un momento en que se esperaba que los países presentaran nuevas contribuciones nacionales o planes de acción climática, como preveía la UE para mantener vivía la llama del acuerdo de París.
“Hemos pedido a la Comisión Europea que utilice el Pacto Verde como la gran palanca de recuperación económica tras la crisis provocada por la Covid-19. Es una carta en la que animamos a la Comisión a que analice de entre los elementos que integran el pacto verde para ir adelantándose en la recuperación hacia una economía compatible con el medio ambiente, que genere empleo, que genere bienestar, que permita una resiliencia y una sostenibilidad de los modos de negocio y de producción; y pensando en la transición justa”, señala la vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica Teresa Ribera.
El Acuerdo de Paris cambia algunas dinámicas: cinco ejemplos
No obstante hay elementos positivos que destacar. El Acuerdo de París representa ese gran esfuerzo por cambiar el rumbo.
Y de él se derivan nuevas dinámicas
1) A nivel mundial, casi 400 ciudades se han comprometido a alcanzar emisiones netas cero para 2050, y más de 10,000 se han unido al Pacto Mundial de Alcaldes para el Clima y la Energía.
2) La iniciativa Objetivos Basados en la Ciencia ha reunido a más de 850 compañías comprometidas en establecer objetivos de reducción de emisiones basados en la ciencia, y más de 200 se han comprometido a establecer objetivos netos cero en todas sus operaciones y cadenas de valor. Lograr un balance de emisiones cero permitiría detener el aumento temperaturas por debajo de 1.5 ºC. Colectivamente, estas compañías de alta ambición, incluidas muchas marcas reconocidas a nivel mundial, tienen una huella de carbono anual mayor que las emisiones anuales de Francia.
3) Se repiten las iniciativas para lograr que las inversiones se destinen a proyectos con bajas emisiones de carbono y sean resilientes al cambio climático. El Banco Europeo de Inversiones (BEI) planea dejar de financiar proyectos de petróleo, gas y carbón a fines de 2021, un primer movimiento para un banco de inversión.
4) La energía renovable es cada vez más rentable. Entre 2010 y 2019, los precios cayeron un 90%. En regiones soleadas de todo el mundo, ya es más barato obtener electricidad de la energía solar que los combustibles fósiles. Del mismo modo, el costo de la energía eólica ha disminuido significativamente en los últimos años y es más barato que el gas natural en algunas regiones, incluidas partes de los Estados Unidos. A medida que los precios caen y la adopción de energía renovable se expande, también lo hace la industria detrás.
5) El año pasado, Greta Thunberg y otros jóvenes activistas climáticos ganaron todo el protagonismo en el escenario mundial con sus huelgas semanales en las escuelas (Fridays for Future) en protesta por la falta de acción climática por parte de los líderes mundiales.
Impulsados por otros grupos de activistas, incluido el Movimiento Sunrise y Extinction Rebellion, en septiembre de 2019, más de 7 millones de personas en 185 países se unieron a la huelga climática más grande del mundo en la historia para exigir una acción gubernamental más fuerte. Según una encuesta de septiembre de 2019 realizada en los EE. UU., Canadá, el Reino Unido, Alemania, Italia, Brasil, Francia y Polonia, el cambio climático se sitúa por delante de la migración y el terrorismo como el problema más importante que enfrenta el mundo.
El Día de la Tierra
El primer Día de la Tierra tuvo lugar en 1970. La primera manifestación tuvo lugar el 22 de abril de ese año y fue promovida por el senador y activista ambiental Gaylord Nelson, para reclamar la creación de una agencia ambiental. En esta convocatoria participaron dos mil universidades, diez mil escuelas (primarias y secundarias) y centenares de comunidades. Indignados por los derrames de petróleo, el smog en las ciudades y los ríos contaminados, millones de personas salieron a las calles para protestar por lo que reconocieron como una crisis ambiental.
Fue el acontecimiento cívico más grande del planeta en ese momento y obligó a los gobiernos a tomar medidas concretas, incluida la aprobación de leyes ambientales y el establecimiento de agencias ambientales.
Además de estos resultados prácticos, la movilización demostró cuánto se puede lograr cuando las personas se unen y exigen acción
La presión social tuvo sus logros y el gobierno de los Estados Unidos creó la Environmental Protection Agency (Agencia de Protección Ambiental) y una serie de leyes destinadas a la protección del medio ambiente.
En 1972 se celebró la primera conferencia internacional sobre el medio ambiente. La Cumbre de la Tierra de Estocolmo cuyo objetivo fue sensibilizar a los líderes mundiales sobre
En 2009, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución que reconoce formalmente el día como el Día Internacional de la Madre Tierra.
En el Día de la Tierra 2016, las Naciones Unidas adoptaron formalmente el Acuerdo de París, que da forma al compromiso de las naciones de limitar el aumento de la temperatura global a menos de 2 grados centígrados sobre los niveles preindustriales; y para fortalecer la capacidad de los países para mitigar los impactos negativos del cambio climático.
Este año, debido a la emergencia de salud pública que estamos viviendo, la asociación Dia de la Terra (que ha venido organizando los actos cada año en Catalunya) ha decidido organizar la celebración del Día de la Tierra el 22 de abril de forma virtual por internet. (Youtube, Facebook e Instagram). El programa de celebración, con las actividades se puede descargar. La revista del Dia de la Terra presenta imagen renovada e interesantes artículos.