Durante mi visita al país, he tenido la oportunidad de conocer de primera mano la implementación de los acuerdos de paz y ver con mis propios ojos cómo este proceso avanza a paso firme en las mismas regiones donde por tantos años se libró la guerra.
Colombia se ha convertido en un ejemplo al alcanzar la paz por un acuerdo entre las partes.
El actual reto de Colombia no es alcanzar la paz, sino mantenerla. Y para lograrlo, la institucionalidad jugará un papel fundamental.
La FAO es uno de los organismos internacionales que están acompañando este proceso, catalizando los esfuerzos nacionales para crear la estructura institucional para cumplir el primer punto del acuerdo: la reforma rural integral.
La FAO está apoyando al Gobierno para mejorar el acceso y uso de la tierra, construir un plan nacional para la reforma rural integral y crear programas de desarrollo con enfoque territorial.
El conflicto despojó a incontables personas de su derecho a la tierra. Restaurar este derecho y generar una mayor igualdad en la tenencia de la tierra serán claves para construir la paz duradera.
Para ello, la FAO está apoyando al Gobierno en la creación de una política de acceso y restitución de tierras basada en las ‘Directrices voluntarias sobre la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra’, lineamientos internacionales para garantizar un acceso equitativo a este recurso.
Con la Agencia Nacional de Tierras, la FAO está desarrollando un barrido predial para el catastro multipropósito que recolecte información física, jurídica, económica y social sobre la tierra, el cual será replicado en el resto del país.
La FAO también está apoyando la evaluación de las zonas de reserva campesina, cuyos resultados contribuirán a la construcción de una política para fortalecerla; también apoya la formalización de tierras, a través de un sistema de información para su gestión jurídica y el intercambio de experiencias mediante la cooperación Sur-Sur con México, Guatemala, Brasil y Paraguay.
Con la Unidad de Restitución de Tierras, la FAO trabaja para favorecer a las comunidades indígenas y afrodescendientes a reclamar sus derechos territoriales con procesos de restitución, en estrategias de inclusión social y económica y apoyo a las familias restituidas.
Con la Unidad de Parques Nacionales Naturales, la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria, la Unidad de Restitución de Tierras, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), la Unión Europea y diversas organizaciones sociales, trabajamos en seis áreas protegidas nacionales para reducir la degradación de los bosques y los conflictos relacionados con la tenencia y el uso de la tierra.
De la mano de la Agencia de Desarrollo Rural, tenemos el desafío de generar un modelo para la construcción de los planes departamentales agropecuarios y rurales, que tendrán una vigencia de 30 años y formarán la base para la planificación territorial.
Este proceso conlleva un análisis del abastecimiento alimentario para la conformación de mercados locales y sistemas agroalimentarios territoriales. Además, requiere promover la asociatividad para generar redes de innovación para la integración productiva, y sistemas alimentarios territoriales de la agricultura familiar.
Finalmente, con la Agencia de Renovación de Territorio, desarrollaremos un modelo para dinamizar y reactivar las economías locales que beneficiará, inicialmente, a 2.700 familias que han vivido en zonas afectadas por el conflicto y será un insumo importante para la formulación de programas de desarrollo con enfoque territorial.
Construir una nueva realidad rural en Colombia requiere una nueva institucionalidad que responda a los múltiples desafíos que surgen en el marco del posconflicto.
La FAO se siente orgullosa de participar de este proceso, ya que el camino del diálogo, la inclusión y la equidad es el único que lleva al desarrollo sostenible.