Desertification is defined as land degradation in arid, semi-arid and dry sub-humid areas, resulting from various factors, including climatic variations and human activities. More than one third of the surface of the earth consists of drylands. In terms of population, one out of every five people of the world live in already degraded or desertification-prone drylands. These people include many of the world’s poorest, most marginalized, and politically weak citizens. For instance, nearly 325 million people in the African continent live in drylands.

Avant-propos La notion de désertification se définit comme une dégradation des sols en zone aride, semi-aride et subhumide sèche, souvent appelée simplement « zone aride ». On estime qu’elle résulte d’une combinaison de facteurs, parmi lesquels les changements climatiques et l’activité humaine. Plus d’un tiers de la superficie totale de la terre est considéré comme zone aride. En termes démographiques, c’est un cinquième de la population totale du globe qui vit en zone aride déjà dégradée ou menacée de désertification.

Since the early 20th century, “desert reclamation” has been synonymous with large-scale waterworks and irrigation. These techniques have made it possible to produce abundant crops in arid or semi-arid environments. The costs have often been externalized, with increased environmental productivity in the new croplands counterbalanced by increased aridity elsewhere. In this paper I consider whose interests are served by such projects, and what kinds of social constructions of the natural and human environment make them possible.

Over the last two decades, 200 million people across the world have been lifted out of hunger. But as climate change brings more frequent and severe weather shocks such as droughts and floods, and makes rainfall patterns less predictable, these gains are under threat, especially among Africa’s smallholder farmers. Agriculture is Africa’s biggest employer. But mean temperatures are expected to rise faster in the continent than the global average, decreasing crop yields and deepening poverty.

The study region is one of the most endangered area from wind erosion in the country. This process, coupled with recurrent droughts in last decades and the mishandling of productive practices have generated desertification. This study presents a review of the interaction of these processes based on literature, field survey and perception of producers. Recommendations for rehabilitation are proposed. The area covers 6.5 million hectares, hosting in 2002: 550,000 people and 7,825 farms in irrigated and non-irrigated lands. Irrigated lands are devoted to agricultural production.

El trabajo analiza la situación de conflicto que se presenta en las tierras secas de Mendoza, entre productores caprinos y programas de lucha contra la desertificación, a propósito de las prácticas productivas y el uso de los recursos naturales.Se aborda un caso de estudio situado en el extremo noreste de la provincia de Mendoza, polo hiperárido de la región, gravemente afectado por procesos de desertificación, con una extensión de 10.007km2 y poblado por 3015 habitantes, donde dominan las pequeñas explotaciones caprinas.

Convencidos de la necesidad de incorporar criterios de economía, y controlar la tendencia al consumo y a la explotación de recursos que parece regir nuestra cultura, esta vez reflexionamos en torno a la relación entre arquitectura y medio ambiente en las zonas más secas y calurosas de América.

La presente investigación se inscribe en el análisis de la problemática asociada al cambio climático global, aplicado a uno de los problemas más relevantes del ecosistema semiárido chileno, cual es la determinación de las tendencias de los caudales reales con que se contará para la planificación del desarrollo rural y urbano futuro.

El trabajo analiza la situación de conflicto que se presenta en las tierras secas de Mendoza, entre productores caprinos y programas de lucha contra la desertificación, a propósito de las prácticas productivas y el uso de los recursos naturales.Se aborda un caso de estudio situado en el extremo noreste de la provincia de Mendoza, polo hiperárido de la región, gravemente afectado por procesos de desertificación, con una extensión de 10.007km2 y poblado por 3015 habitantes, donde dominan las pequeñas explotaciones caprinas.

Se evaluó la capacidad estacional de utilizar un evento de precipitación en tres especies arbustivas con diferentes sistemas radiculares (dimórficos: Balbisia peduncularis, Senna cumingii; profundo: Haplopappus parvifolius) en la Quebrada El Romeral, norte-centro de Chile. El sitio posee un clima tipo mediterráneo árido con influencia de neblinas costeras y una precipitación promedio anual de 78 mm en los últimos 30 años.

El ordenamiento territorial y la lucha contra la desertificación constituyen dos vertientes del conocimiento con gran entidad en sí mismos y no es frecuente encontrar una articulación entre sus respectivos enfoques y perspectivas ni tampoco propuestas operativas que sinergicen sus resultados. La integración de ambas vertientes podría resultar en desarrollos teóricos, metodológicos y propuestas de intervención capaces de mitigar las condiciones de inequidad y pobreza que se ponen en evidencia en amplios territorios de tierras secas de la Argentina.

Convencidos de la necesidad de incorporar criterios de economía, y controlar la tendencia al consumo y a la explotación de recursos que parece regir nuestra cultura, esta vez reflexionamos en torno a la relación entre arquitectura y medio ambiente en las zonas más secas y calurosas de América.